Publicado: 13 de Septiembre de 2017

Hoy más que nunca, debido a la falta de metros, las actividades que desarrollamos en nuestras viviendas tienen lugar de forma alternativa y no simultánea. Cada vez más, necesitamos ambientes que se adecuen a nuestra manera de vivir actual, pero también a la futura. Estancias multifuncionales donde podamos desarrollar múltiples tareas. Espacios que se camuflen y se renueven, que se escondan cuando no queremos que sean vistos y que se abran cuando sea preciso.

Adaptabilidad y transformación son dos cualidades muy valoradas hoy en el diseño de una vivienda. Enrique Espinosa, del estudio PKMN, cuenta que hay múltiples factores que han conducido a esto. “En las investigaciones que hemos desarrollado alrededor de la vivienda, observamos algo muy cotidiano. La necesidad de adaptación al cambio es cada vez mayor (cambio de trabajo y de manera de trabajar, de horarios, de estructuras afectivas, de aficiones, de identidad…), y el coste de la vivienda es también cada vez mayor. Por eso, una casa que se adapta a cada persona en lugar de unos propietarios que se tienen que adaptar a su vivienda aparece como una condición más, tanto de las necesidades personales como de la calidad de vida que uno espera”.

 Por eso crearon el servicio de 'Pequeñas Grandes Casas'. Lo que empezó como una investigación sobre el mundo de la vivienda actual, atendiendo a los cambios sociales y económicos, les llevó a la creación de un proyecto experimental que se ha hecho real, en el que desarrollan viviendas transformables mediante muebles giratorios y sistemas motorizados.

Soluciones a medida. Las reformas de este tipo parten de hacer más adaptable una vivienda existente a la vida contemporánea del usuario. La renovación se hará teniendo en cuenta la identidad del cliente, sus rutinas y sus necesidades. Dado que cada persona y cada casa son únicas, los sistemas transformables suelen ser diseños a medida y personalizado

En este piso de 37 m2, en Manhattan, un armario empotrado incluye el almacenaje, la cama y el escritorio. El mismo módulo divide el espacio en dos ambientes independientes. Cuando el mobiliario se oculta, el salón se amplia de dimensión, dejando un espacio diáfano.

Esta pieza fue diseñada a medida , prestando especial atención a los mecanismos de movimiento, para que permitiesen la adecuada comodidad de uso.

Rentabilidad económica. El coste de este tipo de diseños es ligeramente superior respecto a una reforma con un diseño a medida no-transformable o no móvil, entre un 10% y un 25%. A cambio, la vivienda se revaloriza y ofrece un abanico de posibilidades de uso mucho mayores.

Desde 'Pequeñas Grandes Casas'  afirman que “un m2 útil de vivienda en Madrid se mueve de los 2.500 a los 4.000 euros; un sistema que permite obtener una habitación extra de 12 m2 en la casa está incrementando en unos 36.000 euros el valor teórico por superficie útil”.

En la reforma de Casa Stella, los arquitectos  consiguieron sacar una habitación extra para invitados del ámbito del salón. Los propietarios tenían mucha familia en el extranjero y su casa debía ser un espacio de encuentro en muchos momentos, pero sin renunciar a perder la calidad y amplitud de otras estancias de la vivienda.

Mediante el diseño de este mueble motorizado, en la posición estándar el salón mantiene su dimensión original, como un gran espacio social. Cuando llegan visitas, es posible mantener un salón de 25 m2 y una habitación de 15 m2 a la vez.

Aprovechamiento espacial. Las soluciones móviles pueden ser una forma de luchar contra la “precariedad de espacio” gracias al diseño creativo. Los espacios transformables son una manera de aprovechar más y mejor incluso apartamentos y estudios de reducidas dimensiones.

Mediante estas soluciones se pueden amplificar las posibilidades de cualquier tipo de vivienda, por pequeña que sea, revalorizándola en diversos aspectos y dándole una dimensión nueva en cuanto a usos a desarrollar en la misma.

En este pequeño estudio, en París, se crea un suelo elevado que ofrece almacenamiento y un sofá que se oculta cuando el espacio ha de ser utilizado en toda su dimensión. También se puede convertir en una cómoda cama de matrimonio cuando se desliza.

Adaptabilidad, la clave. “Actualmente la vivienda es la mayor inversión en la vida de cualquier persona y el precio de la misma no deja de aumentar frente al poder adquisitivo general. Además, el hecho de que las estructuras afectivas o familiares sean cada vez menores hace que progresivamente la casa tienda a ser de menor tamaño. Pero, por otro lado, los mercados laborales y del ocio son cada vez más cambiantes, y también subsistimos más años, con lo que la sensación de que vivimos varias vidas en una es cada vez mayor”, 

Por ejemplo, en el proyecto de la Casa MJE el reto era poder convertir una residencia de vacaciones para una pareja en un espacio en el que hospedar a una familia completa, permitiendo tener una casa de 1 a 2 dormitorios con un salón de hasta 45 m2 en una vivienda de 70 m2. Y, todo ello, con una estética limpia y luminosa que hiciese del proyecto un lugar muy espacioso frente al estado original “ultracompartimentado” del mismo.

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